¡Patria, Socialismo o Muerte!

¡Patria, Socialismo o Muerte!
Grecia 2.007

¡Bienvenid@ a este Blog!

Recibe un caluroso saludo de bienvenida a este Blog, el cual es de mi absoluta responsabilidad...


Estaré compartiendo información, articulos, libros digitales, videos, en fin todo lo que aporte a la discusión y construcción de la Revolución Bolivariana, asi como algunos aspectos tanto familiares, personales, profesionales o laborales.

Dedico este modesto esfuerzo al glorioso Pueblo Latinoamericano, a mi familia, a mis amistades y a todas aquellas personas que han aportado en algún grado para el incremento del saber colectivo...

¡Hasta la Victoria Siempre!

¡Viva Venezuela!

jueves, 16 de agosto de 2007

EL CARÁCTER Y LAS FASES DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

EL CARÁCTER Y LAS FASES DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA
                                      LA DISCUSIÓN EN EL PSUV

                                    AGUSTÍN CALZADILLA

       La  Constitución  de  la  República  Bolivariana  de Venezuela es el
  proyecto  político  de la Nación y, además, un instrumento revolucionario
  que  permite  profundizar  la  revolución  a  partir  de  sus  postulados
  fundamentales:  la  soberanía popular intransferible y la participación y
  el  protagonismo  popular  así  como del conocimiento y manejo de nuestra
  historia  contemporánea  y  las  relaciones  de poder entre las clases en
  conflicto  a fin de precisar acertadamente las fases,  tareas u objetivos
  a  ejecutar,  las  formas  de  lucha y de organización que en su conjunto
  habrán  de  conducirnos  al  socialismo  bolivariano  del  siglo  XXI. En
  consecuencia,  hay que conocer nuestro pasado para comprender el presente
  y así poder construir un futuro de plena felicidad para esta y las nuevas
  generaciones.

       Determinar  el carácter de una revolución es precisar qué naturaleza
  asume el proceso de cambios sociales en un contexto histórico de lucha de
  clases,  es  decir, qué tipo de revolución tenemos planteada. Así podemos
  hablar   de   revoluciones  liberal-burguesas,  de  liberación  nacional,
  antiimperialistas, y de revoluciones socialistas.

       El  carácter  que  asume  una  revolución  lo  determina el grado de
  desarrollo  de  las  fuerzas  productivas  y  la correlación de fuerzas o
  relaciones  de poder existentes en cada coyuntura en particular. Sólo así
  podremos  determinar  qué  tipo  de  sociedad  vamos  a construir una vez
  superada  las viejas estructuras de poder y de las relaciones sociales de
  producción.  Se  señala  con  claridad quién es el enemigo principal, qué
  sectores   podemos   ganar   para   nuestra  causa,  quiénes  pueden  ser
  neutralizados,  cuál  debe  ser  nuestra política de alianzas tanto en lo
  interno  como  en lo externo, etc. He ahí la importancia de determinar el
  carácter  de  una  revolución  en  marcha  en  sus  aspectos  objetivos y
  subjetivos.


       En  este  sentido,  hemos  visualizado  tres fases ininterrumpidas e
  interrelacionadas:  el  proyecto  democrático  nacional, la transición, o
  proyecto  democrático  social  revolucionario  y  el proyecto estratégico
  socialista.  Así, ante la ausencia de una burguesía nacional con vocación
  de  patria que completara la revolución de carácter democrático-burguesa,
  existen  tareas  pendientes desde el pasado siglo que son un pesado fardo
  en  los  hombros  de  la  joven Revolución, a saber: adelantar la reforma
  agraria y el proceso de industrialización sustentable.


       Podemos  precisar,  entonces,  tres  fases  que  resumen el carácter
  programático  antiimperialista  y anticapitalista que asumió progresiva y
  objetivamente la Revolución Bolivariana:


       1.  La  democracia  nacional  popular  que condujo, por su ejecución
          consecuente,  a  un  enfrentamiento  con  el  imperialismo  y  la
          oligarquía interna, tanto en lo nacional y regional como a escala
          internacional.  Se  trata  de  la  confrontación  radical  con el
          capital  monopólico y transnacional que hoy hegemoniza el imperio
          estadounidense.  No se trata de crear ilusiones con el desarrollo
          de  una  supuesta burguesía nacional para que construya las bases
          materiales  de  un futuro socialismo. Se trata de agrupar a todos
          los   sectores  antiimperialistas  que  estén  comprometidos  con
          nuestra revolución socialista. El papel del Estado revolucionario
          en  esta  fase  es  determinante,  dado  el carácter petrolero de
          nuestra economía.

  2.  La fase de transición, que, aunque no está desvinculada de la
  primera, es clave a los efectos de avanzar hacia el socialismo
  revolucionario. Esta fase de transición se caracteriza por jalonar hacia
  una democracia social, revolucionaria, participativa y protagónica que
  resuelva los problemas vitales del pueblo mediante la autogestión
  protagónica del poder popular. Hacia allá hay que apuntar con
  inteligencia y sin pausa. Particular estudio, evaluación y aplicación
  amerita el Taller de Alto Nivel sobre Los 10 Objetivos Estratégicos o
  Salto Adelante del presidente Hugo Chávez (Noviembre, 2004) de manera de
  engranarlo con los últimos Siete Lineamientos Estratégicos, base del Plan
  de Desarrollo Económico y Social 2007-2013, y los Cinco Motores
  Constituyentes que trataremos más adelante.

          La   transición  es  un  proceso  necesario  y  en  el  cual  nos
          encontramos  hoy.  Implica  la  acumulación de fuerzas sociales y
          políticas,  la  elevación  del grado de conciencia revolucionaria
          del  pueblo  y  la  construcción de un partido revolucionario que
          permita  la  unidad  de  acción  de  una  amplia  mayoría  de los
          venezolanos y venezolanas. Es el momento revolucionario previo al
          salto  cualitativo  al  socialismo y una revolución supone, en mi
          opinión, no sólo la toma del poder como tradicionalmente se dice.
          El  poder  no  es  una cosa que se toma ¡No! Una revolución es la
          construcción  de  una nueva hegemonía democrática, en la cual una
          mayoría  consciente  y  organizada  comienza  a ejercer directa e
          intransferiblemente la soberanía o poder popular revolucionario y
          a  controlar la toma de decisiones fundamentales adoptada por los
          órganos,   o   mejor,  voceros  administrativos,  legislativos  y
          judiciales,  etc., que fungen de representantes. No olvidemos que
          nuestra  democracia  es participativa y protagónica. Pero hay que
          agregar:  sin  una  verdadera  revolución  cultural que subvierta
          radicalmente la ideología y el sistema de valores capitalistas de
          la   vida   cotidiana   no   podremos  construir  el  socialismo,
          permaneceremos  en  el  estrecho  marco del ritualismo reformista
          subordinados  a  la lógica del capital: la explotación del hombre
          por el hombre


          En  fin,  hegemonía  revolucionaria  democrática supone consenso,
          ganar  la  mayoría consciente, la conducción ético-político de la
          sociedad y organizar la violencia popular legítima para enfrentar
          la contrarrevolución en las distintas formas que asuma, externa o
          internamente.  Para  ello es necesario conciencia revolucionaria,
          organización   del   pueblo   y   unidad  de  acción  del  bloque
          político-social  favorable  al cambio histórico. Como se sabe, la
          contrarrevolución en Venezuela ha asumido la vía violenta y no va
          a  ceder  en  su  propósito de recapturar el aparato estatal para
          frenar  el proceso de cambios y restaurar el viejo orden. Tenemos
          el  deber  de  derrotarla  y  reducirla  a su mínima expresión al
          tiempo  que  trabajamos  por ganar la gran mayoría consciente del
          pueblo  en  la  consecución  de  nuestro  objetivo  histórico: el
          socialismo revolucionario del siglo XXI.

  3.  El socialismo revolucionario. Es la meta en esta etapa histórica de
  la humanidad. El punto de partida está en la propia Constitución:
  soberanía popular intransferible y la participación y el protagonismo
  popular. Esta es la clave para dar el salto cualitativo del capitalismo
  al socialismo. Pero hay que ser consciente de que los objetivos
  socialistas trascienden las concepciones socioeconómicas burguesas aún
  presentes en las fases anteriores. Dado que trascender el capitalismo es
  asumir la propiedad social y la gestión por el colectivo social de los
  medios de producción fundamentales. Tal y como hemos dicho, con una
  mayoría determinante del pueblo venezolano y el aislamiento y derrota de
  los grupos neofascistas podríamos convocar, primero, una Reforma
  Constitucional que hiciera los ajustes pertinentemente a nuestra
  Constitución Bolivariana de 1999 y abriera las compuertas al socialismo
  revolucionario en paz y democracia hasta donde sea posible...

        Más  adelante  podríamos  pensar en una Constituyente si el pueblo,
       poder  constituyente originario y permanente, así lo decide a objeto
       de incorporar nuevas experiencias, profundizar y radicalizar nuestro
       proceso bolivariano teniendo presente las relaciones de poder local,
       regional y mundial.


       A   grandes   rangos,   la   revolución   bolivariana  como  proceso
  político-ideológico   de   naturaleza  democrática,  ha  tenido  y  tiene
  planteados la resolución de los siguientes problemas fundamentales:

  1)  . Resolver la cuestión del control del poder. Luego de la
  constituyente del 99, los revolucionarios asumen algunas posiciones de
  importancia relativa en el aparato estatal. Pero no puede hablarse de
  gobernabilidad en el sentido de un efectivo control del poder. Ese
  período (2001-2003) estuvo signado por una marcada inestabilidad, dado
  que la correlación de fuerzas revolución-contrarrevolución no era
  determinante a favor de la revolución. Tanto es así que una combinación
  contrarrevolucionaria de fuerzas internas patrocinadas por el
  imperialismo lograron derrocar el gobierno legítimo de Hugo Chávez el 11
  de abril de 2002, con la colaboración de la derecha infiltrada en las
  filas patrióticas desde la constituyente (Miquilena y el generalato
  traidor al juramento constitucional). Esta situación de inestabilidad se
  prolonga entre diciembre de 2002 y 2003  con el golpe petrolero, las
  guarimbas y la introducción de paramilitares con el criminal objetivo de
  un nuevo asalto al poder para justificar el magnicidio. Derrotado el
  golpe de abril y el paro-sabotaje de PDVSA por la alianza cívico-militar,
  el gobierno comienza a tomar una serie de medidas que posteriormente van
  a definir el rumbo antiimperialista de nuestro proceso.

          Luego  del referéndum revocatorio, ganado sobradamente por Chávez
          y  las  fuerzas  de  la  revolución, entramos en un nuevo período
          (2004-2006)  en  cuanto  a  las  relaciones  de  poder  entre  la
          revolución  y la contrarrevolución, favorable, progresivamente, a
          la  revolución  bolivariana que va a consolidar sus posiciones de
          poder con  la reelección de 2006 del presidente Chávez con el 63%
          de   los   votos   y  la  subsiguiente  confrontación  interna  y
          desmoralización  de  la  oposición,  tanto  de  la  golpista como
          aquella que dice creer en una salida constitucional. Sin embargo,
          esto no significa que la conspiración haya cesado. Su derrota aún
          no  es  definitiva, el imperio ha seguido articulando las fuerzas
          internas  apátridas  recalcitrantes  con fuerte apoyo económico y
          mediático.


       2)  Desmontar  la  vieja  estructura  de  poder, representada por el
       Estado  Puntofijista aún incrustado en la esfera del poder público y
       construir el nuevo Estado revolucionario comunal en el que el pueblo
       soberano asuma el poder.


       3)Transformación  radical de la estructura económica y en general de
       las   relaciones   de   producción   capitalista  de  explotación  y
       dominación,  por las nuevas relaciones socialistas de colaboración y
       solidaridad, sobre nuevas bases de propiedad social de los medios de
       producción  fundamentales. La propiedad privada debe garantizarse si
       no proviene de la explotación del hombre por el hombre.


       4)Resolver  la  cuestión  de la hegemonía ideológica revolucionaria,
       del necesario cambio cultural y del sistema de antivalores heredados
       del  capitalismo  periférico dominante en nuestro País. Todo lo cual
       conduce a la gran batalla de las ideas.




--
Visita a http://psuv-anaco.blogspot.com/

No hay comentarios.: